45 – Somos Mayores, no tontos
Picando en la imágen, se amplía.
“Sóc major, no idiota” (”Soy mayor, no idiota”). La frase del título, pronunciada por el valenciano Carlos San Juan de la Orden, se hizo famosa hace un año en reivindicación de la mala actuación de las empresas de servicios –sobre todo los bancos- en el trato con las personas mayores. El médico jubilado impulsó una campaña de recogida de firmas y logró llevar a Madrid, al Ministerio de Economía, más de 600.000. No le recibió la ministra Nadia Calviño en su despacho, pero tuvo un encuentro personal con ella en la calle, ante los medios de comunicación.
El pasado 25 de febrero tuve la suerte de escucharle en directo, en una entrevista que le hicieron en la RKE –Romo Kuktur Etxea- con motivo del “Silver Film Festival”. El título se repetía: “Que quede claro: somos mayores, no idiotas”.
La desagradable experiencia –no es nueva, ni será la última- que estoy pasando estos días con la empresa de telecomunicaciones con la que he tenido la desgracia de contratar el servicio, me ha animado a escribir estas líneas; no tanto para desahogarme, sino como prueba de que podemos responder a estos abusos –podríamos usar un término más fuerte- con nuestros DERECHOS como personas libres.
Los hechos, muy resumidos, son los siguientes:
- En febrero de 2022 contrato con Vodafone los servicios de telefonía fija, móvil y fibra. Además me incluyen, sin desearlo, el servicio de TV con la disculpa de que es gratuito.
- Transcurrido un año en la factura de febrero me incrementan 5 € del costo del servicio de TV que no he solicitado, ni he usado nunca. Se lo indico a Vodafone por vía telefónica y me dicen que lo desactive desde la APP. Así lo hago.
- El 15 de marzo, la factura vuelve con el sobrecosto de 5 € de la TV, además de otros supuestos servicios como “Rellamada” y “DictaSMS” que tampoco he solicitado. Por lo tanto, devuelvo la factura.
- El lunes 27 de marzo me desactivan la “Rellamada” y “DictaSMS”, a la vez que me animan a volverlos a activar.
- El 5 de abril recibo un SMS de Vodafone que dice literalmente (muy mal escrito): “Tienes un importe pendiente de xxx e. Al ser la primera vez no se generará en próxima factura cargo de 20,oo e”
- Como se puede abonar la factura en dos pagos, hago el primero por importe de los servicios solicitados, dejando aparte los 5 € del servicio de TV no requerido. Unos minutos después recibo otro SMS que dice: “Hemos recibido tu pago de xxx EUR. Si has pagado la totalidad y tus servicios estaban restringidos, se reactivarán en un plazo de 4 horas”[1].
- El 10 de abril, recibo otro SMS. “Tienes un importe pendiente de 5,00 e para evitar la suspensión paga en los próximos 3 días en www. …..” [2]
- Desde ese momento he recibido llamadas continuas (algunas de 32 minutos alrededor de las 22 horas), con personal que no sabe de qué va el asunto sino únicamente que les tengo que abonar los famosos 5 €.
- 13 de abril. Otro mensaje con el siguiente texto: “En las próximas horas suspenderemostus servicios. Coste de reconexión 10,89 e (i.i.)”. Son métodos coercitivos impropios de una empresa que se precie mínimamente.
En resumen, por desgracia no es un hecho novedoso, pero debemos y podemos luchar para evitar estos abusos –usando otra vez una expresión suave-. ¿Cómo? Por de pronto, usar la Oficina del Consumidor más próxima. En Getxo contamos con la OMIC. Pero es que además disponemos de AJANE, nuestra asociación de Mayores consolidada, con un potencial de 1.500 personas y con una capacidad de gestión manifestada año tras año. Propongo, si a las socias y socios os parece adecuado, constituir un área de trabajo que se encargue de recibir este tipo de quejas, estudiarlas y, si procede, encaminarlas con los informes precisos hacia los organismos competentes. Utilizar el enlace de CONTACTO de la web.
De la unión, nace la fuerza. Seguro que no lograremos resolver todos los casos de arbitrariedades como la que he citado, pero muchas sí. Entre todos podremos parar muchas.
Aurrera! ¡Ánimo!
¡Ah! Después de la desagradable experiencia, mejor no contratar nada con Vodafone.
Iñaki Fernández Arriaga (nº 91)
[1] No llegaron a restringirlos pero, tanto la forma de redactar como la incoherencia y falta de coordinación de sus áreas de actividad, dan una idea de cómo funcionan estas empresas.
[2] La redacción es literal, sin comas, con “e” en lugar de “€”. Tan mal redactado como los anteriores