Muere lentamente quien no viaja,

quien no lee,

quien no oye música,

quien no encuentra gracia en sí mismo.

“¿Quién muere?”

(Pablo Neruda 1904-1973)

Dora viajaba, sobre todo a Madrid, donde le esperaba su mejor amiga, su nieta, a punto de cumplir sus primeros cuatro años de vida.

A Dora siempre le gustó leer y escuchar música hasta que la vista y el oído, dos sentidos fundamentales que se desgastan con el paso inexorable de los años, fueron debilitando esos hábitos. También le gustaba el cine y en la sede social de AJANE está parte de su colección de películas en DVD, donadas voluntariamente.

Su carnet de AJANE dice que es la socia 108, es decir de las primeras en que se basó nuestra asociación. Precisamente dentro de quince días cumpliría nueve años de antigüedad.

Un punto de inflexión en nuestra relación personal se produjo en el momento en que se presentó voluntaria –junto a otras ocho socias y un socio- 

para hacerse cargo del baile social de los domingos en San Martín, una de las actividades más socializantes de la programación de AJANE que la pandemia paralizó.

Siempre he apreciado a las personas que dedican parte de su tiempo a ayudar a los que le rodean en la vida cotidiana.

Hace unos días nos encontramos en la acera mecánica de Salsidu y nuestro principal tema de conversación fue sobre nuestras mejores amigas, nuestras respectivas nietas que solo se llevan veinte días. Su pequeña amiga no podrá pasear por las calles madrileñas con su abuela. Pero ésta, desde el más allá, la seguirá cuidando.

Isidora Cid Gómez, Dora para los amigos, descansa en paz. Te recordaremos.

A Charo y Javier, un abrazo.

Iñaki Fernández Arriaga (socio 91)