Registrada en Argentina en 1964, la comenzó a difundir Jorge Cafrune en su álbum “Emoción, canto y guitarra” (1964). La cantó por última vez en enero de 1978, pocos días antes de su atropello.

*

Zamba de mi esperanza

Amanecida como un querer

Sueño, sueño del alma

Que, a veces, muere sin florecer

Sueño, sueño del alma

Que, a veces, muere sin florecer

La canción es un homenaje a la poetisa de la misma nacionalidad, Alfonsina Storni, que se suicidó en 1938 en Mar del Plata, saltando al agua desde una escollera, aunque, según la canción, se internó lentamente en el mar.

*

Por la blanda arena que lame el mar

Su pequeña huella no vuelve más

Un sendero solo de pena y silencio llegó

Hasta el agua profunda

***

Sos entre las hojas del otoño
Primavera en las mañanas
De mi sueño al despertar
Sos toda ternura cuando amas
Y en silencio me reclamas
Que me quede un poco más
Sos toda ternura cuando amas
Y en silencio me reclamas
Que me quede un poco más

*

Yo soy tan poquito casi nada
Soy la sombra de la soledad
Donde los silencios hacen eco
Para que mi pensamiento
Te recuerde mucho más
Donde los silencios hacen eco
Para que mi pensamiento
Te recuerde mucho más

Sapo de la noche, sapo cancionero,
Que vives soñando junto a tu laguna.
Tenor de los charcos, grotesco trovero,
Estás embrujado de amor por la luna.

Yo sé de tu vida sin gloria ninguna;
Sé de las tragedias de tu alma inquieta.
Y esa tu locura de amor a la luna
Es locura eterna de todo poeta.

*                                              **

Tú te sabes feo, feo y contrahecho;
Por eso de día tu fealdad ocultas
Y de noche cantas tu melancolía
Y suena tu canto como letanía.
Repican tus voces en franca porfía;
Tus coplas son vanas como son tan bellas
¿no sabes, acaso, que la luna es fría,
Porque dió su sangre para las estrellas?

Vengo de un mundo marrón
De la unión de la luna y el sol
Yo vengo de un encuentro ancestral
Soy la chispa de un sueño de amor

Ellos me dieron la luz
Y alumbraron también mi hermandad
Calmando con ternura el dolor
Que dejaba la ausencia del pan

En la mirada de mis viejos
Brilla mi infancia feliz
Yo sé que alguna vez perderé
El camino para regresar
Entonces solo un hombre seré
Aquel niño con ellos se irá

Zamba de Vargas

 Bailando una zamba